Es un excelente manual que no puede prescindir ningún pastor, laico o creyente de una iglesia saludable y con propósito. Nos reta a comprometernos con el evangelismo personal, a fin de alcanzar a los nuestros con el mismo mensaje de buenas nuevas con que fuimos también alcanzados.



El libro refuerza sus páginas con el fundamento bíblico del evangelismo familiar, los principios del evangelismo familiar y la aplicación práctica de la misión que tenemos hacia nuestra familia que es la Jerusalén, en el contexto de la gran comisión.



Muchos en sus primeros días de conversión luchan para que sus seres queridos se entreguen al Señor. Pero con el tiempo, estos creyentes vuelcan su energía a favor de los que están muy lejos, incurriendo en estado de inercia espiritual, al vivir indiferentes a la realidad de que muchos de la familia dejan este mundo sin conocer a Jesucristo.



Se explica lo que significa el plan de Dios para la familia y vecinos. Se presentan los “Siete Principios del Evangelismo Personal”, que tratan de cómo presentarnos ante la familia, que el pecador ignora el amor de Dios, de recalcar el mensaje, tener en cuenta a los demás, actuar con sabiduría, reconocer que Dios es quien busca, y sobre el momento culminante de invitación al pecador.



La parte práctica es decisiva en los resultados del alcance a la familia. Ningún plan puede prescindir de la oración y la intercesión. La estrategia de alcance debe tener en cuenta todos los detalles, incluyendo recursos disponibles, costos y seguimiento, como también su eventual incorporación a la “familia de Dios” que es la Iglesia.