Comprometidos con Nuestro Pueblo, es la historia del concilio y su visión misionera a las naciones. El libro empieza con una panorámica del mundo y particularmente de los Estados Unidos de hace cien años, y el avance del evangelio en el país, incluyendo el movimiento pentecostal hispano, como consecuencia del movimiento de Azusa que durante mil días revolucionó el mundo con el poder del Espíritu Santo y su manifestación en milagros y prodigios. En seguida se explica cómo la nave pentecostal llegó a Puerto Rico con escala en Nueva York, a través del visionario Luis León Lugo, por encargo y respaldo de las Asambleas de Dios, que abrió las primeras iglesias en la isla. Asimismo, se mencionan las razones por las que la obra se inscribió bajo el nombre de “Iglesia de Dios Pentecostal”, lo que hoy se conoce como Iglesia de Dios Pentecostal, M.I.



A continuación y de fondo, el libro se concentra en Nueva York, explicándose cómo es que se abrió la obra pentecostal en la gran ciudad, en buena cuenta, el origen de “La Sinagoga”. Asimismo, los primeros años de la iglesia que fundó Juan L. Lugo, en 1931, y los tempramos esfuerzos misioneros en la gran metrópoli.



El libro se detiene para explicar, a la luz de los hechos, el grado de las relaciones de la Sinagoga con la entonces Convención Hispana del Este de las Asambleas de Dios, y detalles de la fundación del CLA en 1954. A estas alturas se insertan las “Doctrinas Fundamentales” que sustentan y sostienen al concilio fundado por el recodado apóstol Rev. Abelardo Berríos.



El asunto de la separación del CLA en 1979, de la Iglesia de Dios Pentecostal (IDP) se explica en el capítulo 10 del libro. A la luz de la abundante prueba se demuestra que ni la Sinagoga ni el concilio que fundó Berríos, nunca fueron un campo misionero, como afirmó sin pruebas la IDP.



El libro incluye un capítulo a la bendecida gestión del Rev. Santos Román, actual obispo del concilio. En la parte final, luego de presentarse un informe sobre el estado de los evangélicos en los Estados Unidos, el libro se dedica extensamente a presentar una síntesis del trabajo del concilio en cada uno de los veintisiete países y territorios en donde el emblema del CLA está presente. En su epílogo, el libro concluye reconociendo lo impresionante de los logros del concilio. Asimismo, se invoca con urgencia a preparar una estrategia que permita llegar a los territorios por conquistar en el nuevo milenio.